A ver: este libro trae drogas, alcohol y sexo inseguro, por lo que -obviamente-algún sagaz editor lo calificó en tiempo record como el nuevo Holden brit y tal. Además, como su autor, Ben Brooks, lo había concebido justito antes de su mayoría de edad, la mesa del escándalo estaba servida. Pero como sus líneas están escritas con pachorra y mala uva, sin dejar de tener una capa freática de cariño del verdadero, realmente es digno de lectura (aunque no es del tipo “mire, diga que se le recomendó el adulto a cargo”, ojo bibliotecarixs). El protagonista es Jasper/Ben -para qué estamos, debe ser medio biográfico-, un cabro tóxico clase media (pero chilena, o sea, de cartón), al que recién le cambió la voz, con intereses literarios -sin dejar los videojuegos-, que anda por la vida a medio filo mientras se las va dando de escritor (con caña), sin mucha línea argumental, pero sí con mucha intensidad.
Después de este libro fue publicado su “Lolito”, que es más amarguete y que tiene críticas divididas (un servidor se encuentra, precisamente, en la frontera de la recomendación), antes de “Hurra”, que trae una historia de suicidio adolescente y que fue calificado por el diario El País como una “cerveza tibia” (Uuuuuuuuh).
El tema es que el último libro de este autor es “Cuentos para niños que se atreven a ser diferentes”, que es de un oportunismo tal que deja en claro que Ben ya no está para fiestuzas ni para dormir en el suelo y que su “Crezco” ya lo saluda desde lejitos, en la lontananza de su pretérita genialidad, porque Ben ya creció hasta convertirse en un adulto que paga cuentas y tiene su precio.
O sea, puro “Crezco” y chao Ben. Fue un gusto.
Crezco. Blackie Books, España. 248 páginas. ISBN 9788416290796