“En lo inmediato, ya tenemos una editorial interesada en los mini Cuentos en cuarentena que publicamos en redes sociales (FB) junto a Fabián Rivas (y que están disponibles, los 40, aquí ). Actualmente estoy recomendando a diario un listado de 100 libros juveniles, los grandes abandonados por la prescripción, también en mis redes sociales. Por lo mismo, harta lectura y relectura en confinamiento. Y harto Kindle (para así poder leer al tiro el último libro de David Foenkinos, Dos hermanas, y quedar algo plop con su final).
Para la imprenta, ahí están uno sobre un mini chef Down experto en recetas con huevos, para Santillana, y otro sobre comida chilena a escala infantil, para SM, reacomodándose dentro de los planes editoriales pospandemia. Hay otro par de libros en conversaciones, pero difusas aún.
Aparte, escribiendo algo -además de los cuentos y las reseñas-, volviéndome a enamorar de un autor como John Connolly (gracias a la serie “Bosch” y a la película “The Lincoln lawyer”), viendo un bellísimo animé sobre un departamento editorial especializado en hacer diccionarios (“The great passage”, en Amazon), cocinando a diario y haciendo reseñas de comida por delivery para la revista Wikén. Y tratando de encargar un pijama de polar de Charmander, porque de Pikachu no hay en XL, para ponerle más color a los saludos que me piden grabar desde los colegios, para animar a la lectura de mis libros. Todo sea por la primera línea de la educación.”