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“Durante esta semana, con el Día del Libro, me tocó visitar un promedio de cuatro colegios diarios. Estoy muerto pero lo pasé chancho. Me regalaron dibujos, ideas para libros, lápices, llaveros y pura buena onda. Firmé montones de libros y papelitos y me hicieron orejas de conejo en las fotos con celular. Hice chistes fomes y se rieron igual. Y una mamá me contó que su hijo empezó a leer porque se reía con Julito Cabello. Una amiga me mandó una foto de un niño -hijo de una conocida- que había pedido un libro mío a sus papás después de mi visita. Discutí con un montón de enanos malandras sobre porqué no tenían que jugar GTA y sobre porqué Naruto me parece una lección de amistad y superación. En resumen: la mejor semana del año.“